Muchos empresarios pierden más dinero en la puesta en marcha, que en lo que han ganado en su negocio; y es simplemente, porque no han puesto semáforos que alerten a tiempo que el proyecto está en peligro.  Ahora veamos en el gráfico un ejemplo de este tipo de alertas sencillas que se pueden implementar.

Se trata de una fórmula muy sencilla que incluye la división entre lo que debo y mi patrimonio neto:
Ratio de endeudamiento = (Pasivo / Patrimonio Neto) = $500.000/$700.000 = 71,4%

En este caso del ejemplo podemos ver que el porcentaje de endeudamiento que tiene la empresa es alto, pero esto no es bueno o malo de por si, siempre se debe hacer un análisis de la actividad que realiza la empresa, es decir, cuál sería el giro del negocio.  Pero lo que se observa es que sí tendría un alto apalancamiento de proveedores versus un capital propio.

Sabemos que comenzar una empresa o un negocio, no es fácil, más bien es largo y difícil, eso no está en discusión, lo que sí está en discusión es el final del negocio.  Ahora se conoce que solamente el 20% de las empresas que llegan a cumplir 1 año, siguen funcionando.  Y de ellas, solamente el 40% llegan a cumplir cinco años de actividad.  El resultado no es nada alentador para los nuevos emprendedores ya que como hemos visto, menos del 10% de las empresas sobreviven más de cinco años.

La ilusión de casi todo emprendedor es el poder vivir del negocio y dejar de herencia a sus hijos un sustento con futuro, pero las estadísticas van en contra de ese anhelo legítimo y justo.  El fracaso no es un fenómeno que aparece sin avisar, ni sucede de una manera aleatoria. Existen alertas que señalan de una manera real, cuando las operaciones que se realizan están poniendo en riesgo la supervivencia de la empresa o negocio a corto, mediano o largo plazo.

Existen muchos escenarios que influyen en el funcionamiento diario de las empresas: la mala planificación, la falta de financiamiento, las ventas bajas, los mínimos márgenes de rentabilidad, la competencia con precios bajos, el exceso de competidores, las deudas, etc., todo esto hace que solamente un pequeño puñado de empresas logren sobrevivir y generalmente son las empresas que han tenido acceso a realizar análisis de mercado de una forma periódica y han implementado ratios financieros de control, ya que solo aquellas empresas que se someten a estos continuos exámenes, estarán preparadas para evitar el cierre.